sábado, 17 de marzo de 2018

En Cristo ya no hay judío ni gentil

En Cristo ya no hay judío ni gentil


Gálatas 3:27-29 (Biblia Expandida de Fe)
27 Porque todos los que fueron bautizados en Cristo (el Ungido), de Cristo (el Ungido) se han revestido (vestido).
28 Por consiguiente, al ser todos de Cristo (el Ungido) no cabe ya establecer diferencias entre unos y otros, sean judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres; porque todos somos un solo cuerpo en Cristo Jesús (el Ungido).
29 Y por pertenecer a Cristo (la descendencia y simiente de Abraham), ustedes también son descendientes de Abraham y herederos conforme a la promesa de Dios.

Los judaizantes habían llegado con su nuevo evangelio: "Jesucristo no es suficiente, si quieres ser salvo debes circuncidarte y guardar toda la ley de Moisés."

Ellos llegaron con sus credenciales de que eran hijos de Abraham por ser judíos y haber guardado todas estas cosas.

Pablo les ha explicado que no es así, la ley cumplió su cometido al ser un tutor que nos llevó a Cristo.

Y ahora nos va a decir cual es el requisito único para ser un verdadero hijo de Abraham y un heredero de la promesa de Dios.

Nos dice que debemos ser bautizados en Cristo Jesús. 

¿De qué bautismo nos habla? Porque el Nuevo Testamento nos habla de una serie de bautismos: El bautismo de Juan el Bautista, el bautismo en el cuerpo de Cristo, el bautismo en agua, el bautismo con el Espíritu Santo, el bautismo en fuego. Tenemos varios.

En todo bautismo intervienen tres elementos: El bautizador, el elemento en que se bautiza y la persona bautizada.

Por ejemplo el bautismo en agua:

Mateo 28:19
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Jesús le estaba diciendo a sus discípulos que debían ir y hacer discípulos a los que ellos debían bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Veamos el caso de Felipe y el eunuco etíope:

Hechos 8:26-39
26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.
32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca.
33 En su humillación no se le hizo justicia; mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.
34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?
35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.

En este relato vemos lo que es el bautismo en agua; luego que Felipe le explicó el evangelio al eunuco; y el eunuco creyó, lo bautizó en agua.

Vemos aquí los tres elemento: Una persona que bautiza, Felipe; un elemento en el que se bautiza, el agua; y, una persona que ha creído el evangelio y es bautizada, el eunuco etíope.

En nuestro pasaje de Gálatas vemos:

Gálatas 3:27
27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

Evidentemente vemos que habla de personas que no han sido bautizadas en el elemento del agua, sino en un elemento diferente, en Cristo.

Como dice; los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo están revestidos.

Vayamos a 1 Corintios 12 para entender más de esto:

1 Corintios 12:12-13
12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Cuando una persona nace de nuevo, el Espíritu Santo lo injerta dentro del Cuerpo de Cristo, la iglesia, y pasa a formar parte de ella.

Como creyentes en Cristo cada uno de nosotros fue revestido de Cristo y ha venido a formar parte de Su Cuerpo.

Por ese motivo no tenía ningún sentido la pretensión de los judaizantes de que el creyente tuviese que formar parte del pueblo judío para ser salvo.

Gálatas 3:28
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Es en Cristo que somos uno, no importa cual sea nuestra raza, nuestra condición o nuestro sexo, lo que importa es a quien le hemos creído.

Cuando recién conocí al Señor había una canción que cantábamos que decía así: "No me importa de que pueblo vengas si detrás del calvario estás tú...."

No tenemos que volvernos judíos, ni adquirir sus costumbres para ser salvos; es en Cristo que somos uno.

Efesios 2:11-19
11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.

Ya no hay dos pueblos, ahora por medio de la sangre de Cristo en la cruz somos un solo pueblo, somos la familia de Dios.

Gálatas 3:29
29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Por medio de Cristo, y al haber tenido fe en su obra por nosotros en la cruz es que nos convertimos en linaje de Abraham; como Pablo había dicho antes el verso 7: "Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham."

Esa fe nos hace no solo hijos sino también herederos de la promesa que Dios le hizo a Abraham.

Nuestro único requisito es fe en la obra de Cristo en la cruz.

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