viernes, 25 de marzo de 2016

Estamos Identificados con Cristo

IDENTIFICACIÓN


Por "Identificación" queremos decir que Dios nos identificó con Cristo en Su Obra Completa en la Cruz (muerte, sepultura, resurrección) El Diccionario Webster's Collegiate dice que identificar significa "hacer idéntico, considerar o tratar como lo mismo". Dios nos consideró muertos con Cristo, sepultados y resucitados con Él. Esta Identificación de nosotros con Cristo está basada en dos hechos:

1) Jesús fue nuestro Sustituto, actuando en nuestro lugar, de modo que lo que Él hizo fuese puesto a nuestro crédito. "Dios puso Su Amor por nosotros más allá de toda duda por el hecho de que Cristo murió a nuestro favor cuando aún éramos pecadores" Romanos 5:8 (20th Century N.T.). Lo que Él hizo fue puesto a nuestra cuenta, debido a que fue hecho por nosotros (a nuestro favor).

2 Corintios 5:14 dice: "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron."

Veamos otras versiones:

(Weymouth) Porque el amor de Cristo nos vence, siendo ésta la conclusión a la cual hemos llegado -- que habiendo muerto Uno por todos, Su muerte fue la muerte de ellos.

(Good News) Estamos gobernados por el amor de Cristo, ahora que reconocemos que un hombre murió por cada uno, lo cual significa que todos ellos comparten Su muerte.

(W.T.) Porque el amor que el Cristo tiene nos obliga, porque esto es lo que hemos juzgado, que un hombre murió por todos; así pues, todos habían muerto.

(Way) ... a esta conclusión hemos llegado -- Uno murió por causa de todos: en Él todos ellos murieron.

(Conybeare) ... si uno murió por todos, entonces todos murieron en Él.

(Jordan) ... En un sentido, entonces, todos nosotros morimos cuando Él murió por todos. 

(Laubach) ...Sabemos que Cristo murió por todos nosotros. Así nuestro viejo yo
murió con Él...

2 Corintios 5:19 dice que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Veamos otras versiones:

(Amplified) Fue Dios (personalmente presente) en Cristo, reconciliando y restaurando al mundo al favor con Él mismo, no tomando en cuenta ni manteniendo en contra [del hombre] sus transgresiones [pero cancelándolas]; y encomendándonos a nosotros el mensaje de reconciliación -- de la restauración al favor.

(Wand) Aquel ministerio está basado en el hecho de que Dios estuvo en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, borrando el balance de débito de nuestras transgresiones y estableciendo Su reconciliación a crédito de nuestra cuenta.

(W.T) A saber, que Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación.

2) Jesús se volvió exactamente lo que nosotros éramos en el espíritu, así que Dios lo vio a Él como siendo nosotros. Él fue tratado como si fuésemos nosotros. Fuimos identificados con Él.

2 Corintios 5:21 dice: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Veamos otras versiones:

(Translator's N.T.) ...Dios lo hizo hacerse el pecado mismo a nuestro favor...

(Good News) ...Dios lo hizo compartir nuestro pecado...

(Jerusalén) Por nuestra causa Dios convirtió en pecado al que era sin pecado..

(New English) ... Dios lo hizo uno con la pecaminosidad de los hombres...

(Knox) ...Dios lo hizo pecado por nosotros...

(Wade) A Aquél que no tenía familiaridad con el pecado, Dios por nuestra 
causa lo trató como la encarnación del pecado...

(Living Bible) Porque Dios tomó al Cristo sin pecado y derramó dentro de Él nuestros pecados.....

En Isaías 53:9 dice: "Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte" (Hebreo: plural, "muertes").

En Mateo 27:46 dice: "Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Estuvimos muertos en pecados (Efesios 2:1,5). Jesús se volvió pecado y murió en espíritu, volviéndose exactamente como nosotros éramos.

Fui crucificado con Cristo.

En Gálatas 2:20 dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí."

(Jerusalén) He sido crucificado con Cristo, y yo vivo ahora no con mi propia vida sino con la vida de Cristo que vive en mí. La vida que ahora vivo en este cuerpo la vivo en fe: fe en el Hijo de Dios que me amó y se sacrificó a Sí mismo por mi causa.

(Diaglott) He sido crucificado juntamente con Cristo...quien me amó aún hasta entregarse Él mismo a mi favor

(Way) Sí, he compartido la crucifixión del Mesías. Yo estoy viviendo de verdad, pero no soy yo el que vive, es el Mesías cuya vida está en mí...

(W.T.) Estoy fijado en el madero junto con Cristo. Ya no soy yo el que vivo, antes bien, es Cristo el que vive en unión conmigo. En verdad, la vida que ahora vivo en carne la vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

(Laubach) ...Cristo me tomó con Él a la cruz, y yo morí allí con Él.

(Marshall) Con Cristo he sido co-crucificado...

(ASV, NASV, RSV, NEB, NIV, Amplified, 20th Century, Williams, Worrell, Bible Union, muchas otras) He sido crucificado con Cristo...

(Beck) Fui crucificado con Cristo...

Fui crucificado con Cristo. Mi viejo hombre fue crucificado con Él. Cristo tomó mi viejo hombre a la cruz con Él, y yo morí allí con Él. La cruz fue la manera de Dios de deshacerse del viejo "yo". Fui crucificado con Él, sin embargo, yo vivo; pero no el viejo "yo", sino que Cristo vive en mí. Cristo vive en mí. Yo vivo por fe en el Hijo de Dios. Yo ando por fe, no por vista. Yo gobierno mi vida por fe en la Palabra de Dios y por lo que Él dice que yo soy y por lo que Él dice que yo tengo en Cristo.

En Gálatas 6:14 dice: "Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo."

(Norlie) ... En ella el mundo ha sido crucificado para mí, y yo he sido crucificado al mundo.

(W.T.) ...mediante quien el mundo ha sido fijado en un madero para mí, y yo para el mundo. 

(RSV, NASV, NIV, Williams, Amplified, 20th Century, Marshall, Berkeley, Barclay, Moffatt, otras) ...el mundo ha sido crucificado para mí...

Fui crucificado con Cristo. Por Su cruz he sido crucificado al mundo y el mundo me ha sido crucificado. Estoy en el mundo pero no soy de este mundo. El mundo no me puede engañar ni dominar. (La cruz con su vergüenza y reproche significó separación absoluta del mundo -- de su encanto y falsedad). He sido crucificado al mundo con Cristo.

Romanos 6:6 dice: "Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado."

(Way) Esto reconocemos, que nuestro viejo hombre fue clavado a Su cruz con Él, de modo que el cuerpo, el cual fue el instrumento del pecado, pueda ser hecho impotente para el mal, para que no podamos más ser esclavos del pecado.

(20th Century) Porque debemos reconocer el hecho de que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, de modo que nuestro cuerpo pueda cesar de estar bajo la tiranía del pecado, para que no más seamos esclavos del pecado.

(Translator's N.T.) Esto sabemos, que nuestro antiguo hombre fue crucificado con Él de modo que nuestro hombre pecaminoso pueda ser destruido y no más seamos esclavos del pecado.

(W.T.) Porque sabemos que nuestra vieja personalidad fue fijada en el madero con [Él], para que nuestro cuerpo pecaminoso fuera hecho inactivo, para que ya no sigamos siendo esclavos del pecado.

(Good News) Y sabemos que nuestro viejo hombre ha sido puesto a muerte con Cristo en Su cruz, de modo que el poder del hombre pecaminoso pudiese ser destruido...

(Amplified) ... nuestro viejo (no renovado) hombre fue clavado a la cruz con Él de modo que [nuestro] cuerpo, el cual es el instrumento del pecado pudiese ser hecho inefectivo e inactivo para el mal...

(Jordan) ... para que la vieja naturaleza pecaminosa pudiese ser aniquilada, y nosotros no necesitemos más ser adictos al pecado.

(Letchworth, Noli) ... nuestro vieja naturaleza fue crucificada...

(Knox) ... nuestra antigua naturaleza ha sido crucificada con Él...

(ASV, NASV, NIV, Marshall, Young, Norlie, Centenary, otras) ... fue crucificada...

(Moffatt, NEB, Fenton) ... ha sido crucificada...

Mi viejo hombre ya fue crucificado con Cristo. Mi viejo ser fue crucificado con Él. Mi vieja naturaleza fue crucificada con Él. La vieja persona que yo solía ser fue clavada a la cruz con Él. Soy un nuevo hombre, un nuevo ser, una nueva creación. Mi naturaleza pecaminosa ha sido aniquilada. Ya no soy más adicto al pecado. Mi cuerpo no es más el instrumento del pecado. Mi cuerpo ha sido hecho impotente e inactivo para el mal. No soy más un esclavo del pecado. La tiranía del pecado sobre mí ha sido rota. Mi viejo hombre, mi viejo ser, mi vieja naturaleza, fue crucificada con Cristo. Yo conozco, reconozco y acepto el hecho de que mi viejo hombre fue crucificado con Cristo. El viejo (pon tu nombre) fue Crucificado con Cristo.


jueves, 24 de marzo de 2016

LA CRUCIFIXIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

LA CRUCIFIXIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA MÉDICO

(Dr. C. Truman Davis)


Hace algunos años me interese en los aspectos físicos de la pasión o sufrimiento de Jesucristo cuando leí un relato de la crucifixión en el libro de Jim Bishop "El día en que murió Cristo".

De pronto comprendí que había tomado la crucifixión mas o menos por sentado todos estos años -que me había endurecido al horror, al familiarizarme muy livianamente con los tétricos detalles.

Finalmente se me ocurrió que como medico, ni siquiera sabia en verdad la causa inmediata de la muerte de Cristo.

Los escritores del evangelio no son de mucha ayuda en este sentido.

Como la crucifixión y los azotes eran tan comunes en los tiempos en que ellos vivían, sin duda consideraban que una descripción detallada era innecesaria.

Por ese motivo solo tenemos las breves palabras de los evangelistas.

"Pilatos...entrego a Jesús después de azotarle, para que fuese crucificado." (Marcos 15:15)

A pesar del silencio del relato del evangelio sobre los detalles de la crucifixión de Cristo, muchos han examinado este tema en el pasado.

En mi estudio personal del hecho desde el punto de vista medico, estoy en deuda especialmente con el Dr. Pierre Barbet, cirujano francés que hizo investigaciones históricas y experimentales y escribió extensamente sobre el tema.

El intento de examinar el infinito sufrimiento físico y espiritual del Hijo de Dios encarnado al efectuar la redención por los pecados del hombre caído, esta mas allá del alcance de este articulo.

Sin embargo, los aspectos fisiológicos y anatómicos de la pasión del Señor se pueden examinar con cierto detalle.

¿Que fue lo que el cuerpo de Jesús de Nazaret en verdad soporto durante esas horas de tortura ?


EL MÉTODO DE LA CRUCIFIXIÓN

Aparentemente el primer uso que se conoce de la crucifixión fue entre los persas. Alejandro y sus generales introdujeron la practica al mundo mediterráneo, a Egipto y a Cartago. Los romanos evidentemente aprendieron la técnica de los cartaginenses y, como ocurrió con casi todo lo que los romanos hicieron, rápidamente desarrollaron un alto grado de eficiencia y habilidad en ejecutarlo.

En la literatura antigua se describen varias innovaciones y modificaciones. Solo unas pocas tienen alguna importancia aquí. La porción vertical de la cruz, o "stipes", podía tener el travesaño o "patíbulo" colocado dos o tres pies debajo de la parte superior . Esta es la que consideramos hoy como el formato típico de la cruz, llamada cruz latina.

La forma común usada en tiempos de Jesús era la cruz "tau", con forma de "T". En esta cruz el patíbulo se ubicaba en una ranura en lo alto del madero vertical. Hay excelente evidencia arqueológica de que fue en este tipo de cruz que crucificaron a Jesús.

El madero vertical generalmente permanecía enterrado en el lugar de ejecución. El condenado era obligado a cargar el patíbulo, que aparentemente pesaba 50 Kg., desde la prisión hasta el lugar de ejecución. Sin tener ninguna prueba histórica o bíblica, sin embargo, los pintores del medioevo y del renacimiento nos han dado una imagen de Cristo cargando toda la cruz. Muchos pintores y escultores de crucifijos también cometen el error de mostrar los clavos atravesándole las palmas de las manos.

Los relatos históricos de los romanos y el trabajo experimental han demostrado que los clavos eran clavados entre los pequeños huesos de las muñecas. Los clavos a través de la palma de la mano cortarían y se safarian entre los dedos, al sostener el peso de un cuerpo humano. Esta mala interpretación pudo haber venido de un error de comprensión en las palabras de Jesús a Tomas: "Mira mis manos".

Los anatomistas antiguos y modernos, sin embargo, siempre han considerado que la muñeca es parte de la mano.


GETSEMANI

De los diversos aspectos del sufrimiento inicial, el que es de particular interés fisiológico es el sudor de sangre. Es interesante notar que el medico -San Lucas- es el único evangelista que menciona este acontecimiento. Dice: "Y estando en agonía, oraba mas intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caian hasta la tierra." (22:44)

Aunque es muy raro, el fenómeno de la hematidrosis o sudor de sangre, esta bien documentado.

Bajo una gran tensión emocional los frágiles capilares de las glándulas sudoríparas se rompen mezclándose así el sudor con la sangre. Este proceso de por si podría haber producido marcada debilidad y posiblemente una conmoción.

Aunque la traición y arresto de Jesús son porciones importantes de la historia de la pasión, el próximo suceso en la narración, que es significativo desde una perspectiva medica es su juicio ante el sanedrín y Caifas, el Sumo Sacerdote. aquí se le infligió el primer trauma físico: un soldado le propino una bofetada por permanecer en silencio cuando Caifas lo interrogaba.

Ddespués, los guardias del palacio le colocaron una venda en los ojos y burlonamente lo provocaron con palabras groseras a que los identificara al pasar cada uno delante de el, lo escupieron y le dieron golpes en el rostro.


ANTE PILATO

Temprano por la mañana, magullado y amoratado, deshidratado y exhausto por una noche en vela, llevaron a Jesús de un lado al otro de Jerusalén, al pretorio, que estaba en el fuerte Antonia -el asiento del gobierno del Procurador de Judea- Poncio Pilato.

Estamos familiarizados con la decisión de Pilato de tratar de pasarle la responsabilidad a Herodes Antipas, el Tetrarca de Judea. Aparentemente Jesús no sufrió ningún maltrato físico a manos de Herodes y fue devuelto a Pilato, quien, en respuesta al clamor de la plebe, da la orden de que Barrabas fuera soltado y condeno a Jesús a ser azotado y crucificado.

Los judíos tenían una antigua ley que prohibía mas de 40 azotes. Los fariseos, que siempre se aseguraban que la ley fuese estrictamente observada, insistían en que se administraran solo 39 azotes; en la eventualidad de un error en recuento, se aseguraban permanecer dentro de la ley.

El prisionero era despojado de sus ropas y sus manos atadas a un poste por encima de la cabeza. El legionario romano se adelantaba con el "flagelo" en su mano. Este era un látigo corto con varias lonjas de cuero con dos bolitas de plomo cerca del final cada una. El pesado látigo se descargo con toda la fuerza una y otra vez sobre los hombros, espalda y piernas de Jesús.

Al principio las lonjas con peso adicional solo le cortaban la piel.

Luego, al continuar los golpes, cortaban mas profundamente dentro del tejido subcutáneo, produciendo primero una herida sangrante de los capilares y venas de la piel y finalmente la sangre brotaba abundantemente de arterias de las capas musculares más profundas.

Las bolitas de plomo primero le produjeron grandes y profundos hematomas o marcas que cos los siguientes azotes se abrieron.

Finalmente la piel de la espalda colgaba en largas lonjas y toda el área era una masa irreconocible de tejido desgarrado que sangraba.

Cuando el centurión que estaba a cargo determinaba que el prisionero estaba casi muerto, detenía los azotes.


BURLA

El desfalleciente Jesús fue luego desatado y dejado caer como un fardo en el empedrado mojado con su propia sangre. Los soldados vieron a este judío provinciano que pretendía ser rey como un hazmerreír.

Le arrojaron un manto sobre los hombros y le pusieron una vara en la mano por cetro. Aun necesitaban una corona para hacer su parodia completa.

Utilizaron ramitas flexibles llenas de largas espinas y las trenzaron formando una tosca corona. La colocaron a presión en su cuero cabelludo y nuevamente sangro abundantemente, cuando las púas perforaron el propio tejido vascular.

Después de burlarse de Él y abofetearle, los soldados le arrebataros la vara de la mano y le golpearon en la cabeza incrustando las púas mas profundamente en su cuero cabelludo.

Finalmente se cansaron de su diversión sadistica y le quitaron con violencia el manto de la espalda.

El manto ya se había adherido a los coágulos de sangre y suero de las heridas y al ser quitado como cuando un vendaje quirúrgico se quita al descuido, le causo un dolor insoportable y las heridas comenzaron a sangrar otra vez.


GÓLGOTA

El pesado patíbulo de la cruz fue atado sobre sus hombros.

La procesión del condenado Cristo, dos malhechores y el piquete de ejecución de soldados romanos encabezados por un centurión comenzó su lenta marcha por la ruta que hoy conocemos como "La Vía Dolorosa".

A pesar de los esfuerzos de Jesús para caminar erguido, el peso del madero junto con el espasmo producido por la perdida de sangre era demasiado.

Tropezó y cayo clavándosele el tosco madero en la piel lacerada y músculos del hombro. Trato de levantarse pero los músculos humanos habían sido llevados mas allá de su tolerancia.

El centurión, ansioso de proseguir con la crucifixión, eligió a un fornido africano del norte que miraba -Simón de Cirene- para llevar la cruz.

Jesús lo seguia sangrando aun y transpirando el frió y pegajoso sudor del espasmo.

La marcha de unos 600 metros desde el Fuerte Antonia al Gólgota fue finalmente completada y el prisionero volvió a ser desnudado excepto por el taparrabo que se les permitía a los judíos.

Comenzó la crucifixión: se le ofreció a Jesús vino mezclado con mirra, una suave mezcla analgésica para aliviar el dolor. Rehusó la bebida.

A Simón se le ordeno dejar el patíbulo en el suelo y derribaron a Jesús de espaldas con sus hombros contra la viga.

El legionario le palpo la hendidura por delate de la muñeca y perforo con un pesado clavo cuadrado de hierro forjado la muñeca clavándolo en la madera.

Se paso rápidamente al otro lado y repitió la operación, cuidando de no extender demasiado el brazo permitiéndole cierta flexión y movimiento.

El patíbulo era luego alzado y calzado al tope del madero vertical y el "titulo" donde se leía "Jesús de Nazaret, Rey de los judíos", fue clavado en su lugar.

El pie izquierdo era presionado hacia atrás contra el derecho.

Con ambos pies extendidos con los pies hacia abajo, se clavaba un clavo a través de ambos arcos dejando las rodillas flexionadas moderadamente.

La victima estaba ahora crucificada.


EN LA CRUZ

Cuando Jesús lentamente se deslizo hacia abajo hasta colgar, con el mayor peso depositado en los clavos de las muñecas, un dolor ardiente agudísimo se disparo a lo largo de los dedos y hacia arriba por los brazos hasta explotar en el cerebro.

Los clavos de las muñecas presionaban los nervios medios que son fibras nerviosas troncales que atraviesan el centro de la muñeca y de la mano.

Al empujarse hacia arriba para evitar este tormento por estiramiento, colocaba todo su peso sobre el clavo que atravesaba los pies.

Nuevamente se producía una agonía de dolor ardiente al desgarrar el clavo los nervios entre los huesos metatarcicos de los pies.

A este punto se producía otro fenómeno: al fatigarsele los brazos grandes oleadas de calambres le pasaban por los músculos engarrotandolos en profundo dolor punzante que no cedia.

Con estos calambres se producía la incapacidad de impulsarse hacia arriba.

Al colgar de los brazos los músculos pectorales, grandes músculos del pecho, se paralizaban y los músculos intercostales, pequeños músculos entre las costillas, no podían actuar.

Se podía inhalar aire a los pulmones pero no se podía exhalar. Jesús luchaba por elevarse para tener al menos un pequeño respiro.

Finalmente el nivel de dióxido de carbono de los pulmones y del torrente sanguíneo aumentaba y los calambres se atenuaban parcialmente.

En forma espasmódica Jesús podía elevarse hacia arriba para exhalar e inhalar oxigeno vivificante.

Fue sin duda en estas ocasiones que pronuncio las siete breves oraciones que fueron registradas.

La primera mirando a los soldados romanos jugándose su manto de una sola pieza a los dados:

"Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"

La segunda al malhechor penitente:

"Hoy estarás conmigo en el paraíso"

La tercera, mirando a Maria su madre dijo:

"Mujer, he ahí tu hijo"

Y luego, vuelto hacia el aterrorizado adolescente Juan, traspasado de dolor-el amado apóstol Juan- dijo:

"He ahí tu madre"

El cuarto clamor es el comienzo del Salmo 22:

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Sufrió horas de dolor ilimitado, ciclos de calambre que producían desgarradoras torceduras, asfixia parcial intermitente y dolor ardiente al desgarrársele tejido de su espalda lacerada debido a su movimiento hacia arriba y hacia abajo contra el rugoso madero de la cruz.

Después empezó otra agonía: un dolor profundo como si se le hundiera el pecho, mientras el pericardio -la bolsa que rodea el corazón-, lentamente se llenaba de suero y comenzaba a comprimir el corazón.

La profecía del Salmo 22: 14 se estaba cumpliendo:

"Soy derramado como agua y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis vísceras."


MUERTE

Todos estamos familiarizados con los detalles finales de la ejecución de Jesús. 

Para que no se profanase el sábado, los judíos solicitaron que se diera fin a los condenados y fueran sacados de las cruces. 

El método común de terminar una crucifixión era por "crurifragio" (cruris: piernas y fragere: romper) o sea la fractura de los huesos de las piernas. 

Esto le impedía a la victima empujarse hacia arriba y la tensión de los músculos del pecho no se podía aliviar: la asfixia sobrevenia con rapidez. 

Las piernas de los dos malhechores fueron fracturadas, pero cuando los soldados se acercaron a Jesús vieron que esto era innecesario.

Aparentemente para asegurarse doblemente de que estaba muerto, el legionario le clavo la lanza entre las costillas hacia arriba a través del pericardio llegando al corazón. 

Juan 19: 34 dice: "Inmediatamente brotaron sangre y agua". 

De modo que se produjo un escape del fluido acuoso de la bolsa que rodea el corazón y la sangre del interior del corazón. 

Esta es una evidencia post-mortem bastante concluyente de que Jesús murió, no de la muerte común de crucifixión -por asfixia- sino de falla cardiaca, debido al espasmo y compresión del corazón por el liquido acumulado en el pericardio.


RESURRECCIÓN

En estos hechos hemos dado un vistazo al colmo de la maldad que el hombre puede exhibir contra su prójimo y hacia Dios. 

Esta es una horrible visión y probablemente nos deje desanimados y deprimidos.

Pero la crucifixión no fue el fin de la historia. 

Cuan agradecidos podemos estar de que tenemos una continuidad -un vistazo a la infinita misericordia de Dios para con el hombre- el don de la redención, el milagro de la resurrección y la expectativa de la mañana de Pascua.

sábado, 19 de marzo de 2016

La Gracia y el Pecado

La Gracia y el Pecado


Hace años una pastor amigo mío decía que no se debía predicar de la justicia de Dios (justificación) porque era darle licencia para pecar a la gente, y usaba el ejemplo de una hermana que se aprovechaba de esa verdad para vivir una vida licenciosa.

Lo curioso es que después de 30 años se utiliza ese mismo argumento para hablar del pecado y la gracia de Dios.

Dicen: "El enseñar de la gracia de Dios es darle a la gente licencia para pecar."

El mismo argumento se lo dijeron a Pablo, cuanto más a nosotros el día de hoy.

En Romanos 3:8 dijo: "¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?"

Como dice mi Pastor Jim Andrews: "La enseñanza de la gracia de Dios muestra lo que hay en el corazón del hombre."

Pero la verdad es que los cristianos no necesitan una licencia para pecar, en mis casi 36 años de creyente he visto que los creyentes pecan sin necesidad de ella. Lo he visto en toda clase de iglesias y denominaciones.

Pablo nos dice respecto a la gracia y el pecado en Romanos:

Romanos 6:1-2
1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

La gracia de Dios siempre es abundante para nosotros pero eso no es una excusa para pecar; no podemos echarle la culpa a la gracia ni a ninguna otra doctrina bíblica de nuestras decisiones en la vida.

La gracia hace algo diferente en cuanto al pecado, todo lo contrario a una licencia:

Tito 2:11-14
11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

La gracia nos enseña a renunciar al pecado y vivir de manera correcta en este mundo.

Así que no le estemos echando la culpa a la gracia del pecado porque lo que en realidad hace es darnos solución para el pecado.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Fe y Gracia, Mano a Mano

Fe y Gracia, Mano a Mano


Romanos 4:13-16
13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.

Es sorprendente como la gente separa la fe y la gracia como si fueran dos grandes enemigos.

La fe y la gracia no están divorciadas, es por fe para que sea por gracia.

Cuando hablamos de la salvación vemos como trabajan juntas.

Efesios 2:8-9
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Vemos aquí que tanto la gracia, como la salvación, como la fe, vienen de Dios.

La gracia es el amor de Dios sin límites hacia nosotros, es Su favor inmerecido.

La salvación viene de parte de Dios por la obra terminada de Jesucristo.


La fe viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

Entonces vemos que la gracia y la fe van de la mano para recibir la salvación que viene de Dios.

Y nuevamente en Romanos 4:16: "Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros."



Tomado de mi blog Gracia Extrema

martes, 15 de marzo de 2016

Una nueva forma de ver las cosas

Una nueva forma de ver las cosas


Romanos 4:1-5 (Biblia Expandida de Fe)
1 ¿Y desde el punto de vista humano qué diremos que halló Abraham, nuestro antepasado y padre según la carne?
2 Si él hubiera sido justificado (declarado inocente y hecho justo) por las obras tendría de qué enorgullecerse y jactarse, pero no delante de Dios.
3 Porque, ¿qué dice la Escritura?: Abraham le creyó a Dios y esto le fue atribuido, imputado y tomado en cuenta como justicia (fue declarado inocente y hecho justo).
4 Ahora bien, al que trabaja no se le paga el salario como un regalo, sino como una obligación que se le debe, es decir, no se le reconoce como gracia sino como deuda.
5 En cambio, al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica (declara inocente y hace justo) al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación (ser declarado inocente y hecho justo).

En este pasaje encontramos una gran realidad en cuanto a la gracia de Dios y es que es gratis.


Pablo pregunta: "¿Que consiguió Abraham con la carne o esfuerzos humanos?"

La Biblia The Message (El Mensaje) lo pone así: "Entonces, ¿cómo encajamos lo que conocemos de Abraham, nuestro primer padre en la fe, en esta nueva forma de ver las cosas?"

El hombre esta acostumbrado a conseguir las cosas por sus propios esfuerzos; inclusive la salvación la intentan obtener por un sistema de obras a través de la ley o las buenas acciones.

Pero que nos muestra Abraham con esta "nueva forma de ver las cosas."

Si él se hubiera justificado ante Dios por su propio esfuerzo, hubiera conseguido la salvación por sus propios méritos y podría jactarse de haberlo logrado por si mismo.

En Efesios 2:9 dice: "No por obras para que nadie se gloríe."

En la parábola del fariseo y el publicano vemos:

Lucas 18:9-14
9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

El fariseo pensaba que el cumplimiento de la ley y sus propios esfuerzos le darían los méritos necesarios para ser justificado; pero el que fue justificado fue el publicano que no se acercó en sus propios méritos sino en la justificación que solo Dios puede dar.

No depende de nosotros sino de Dios.

Que dice la Biblia: "Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia."

Luego nos da una analogía del trabajo; ninguno de los que trabajamos lo hacemos gratis, esperamos recibir el sueldo pactado con el empleador.

Si la salvación fuera por nuestras obras entonces lo que recibiríamos es un pago de Dios por nuestras buenas acciones; y si pudiéramos pagar por nuestra salvación, ¿por qué murió Cristo?

Ya no sería salvación por gracia sino salvación por deuda.

El versículo 5 dice: "En cambio, al que no hace nada, sino que cree en aquel que justifica (declara inocente y hace justo) al impío, se le tiene en cuenta la fe para su justificación (ser declarado inocente y hecho justo)."

En esta nueva forma de ver las cosas que nos muestra Abraham, no tenemos que hacer nada para ser justificado; no tenemos que cumplir la ley ni seguir un sistema de obras para ser justificados, lo único que tenemos que hacer es lo que hizo Abraham, sencillamente creerle a Dios.

Nuestras acciones no nos dan mérito ante Dios, lo que nos da mérito es la fe en la obra completa de Cristo Jesús.