martes, 27 de septiembre de 2016

El Cinturón de la Verdad


El Cinturón de la Verdad

Manténganse firmes,  ceñidos con el cinturón de la verdad. . . .

- Efesios 6:14 (Nueva Versión Internacional)


La Traducción Kadosh de la Biblia cita Efesios 6:13 de esta manera: “Tengan el cinto de la verdad abrochado alrededor de sus cinturas. . . .”

En este pasaje empezamos a ver las cosas que tenemos que hacer para mantenernos firmes, y lo primero es ceñir nuestros lomos con el cinturón de la verdad.

Un cinturón siempre es algo importante a la hora de vestirnos, pues permite que nuestro pantalón esté bien ajustado y no se caiga.

Como hemos visto en el estudio, la armadura de Dios representa el armamento con el que estaba vestido el soldado romano; una de las partes principales que tenía era el cinturón, el cual mantenía todas las partes de la armadura en su lugar para no tener problemas al marchar o al luchar, y además para sujetar la espada en su sitio correcto.

Lo primero que Pablo coloca en la lista de este equipo es el cinturón. Este cinturón no era un simple adorno para el soldado, sino una parte esencial de su equipo. Pasaba alrededor de su espalda y el final de la coraza (que era el apoyo de la espada), era de uso especial para el soldado porque mantenía las otras partes de la armadura en su lugar; y a la vez garantizaba la actitud correcta del soldado y le daba libertad de circulación.

En Isaías 11:5 podemos ver una referencia a este verso: “Y estará de justicia ceñido su lomo, y en verdad envueltos sus costados” (Septuaginta).

La referencia a la verdad es algo muy importante en este pasaje, ya que que la verdad nos habla tanto de Jesucristo como de la Palabra de Dios.

En Juan 14:6 dice lo siguiente: “Jesús le dijo: Yo soy el camino,  y la verdad,  y la vida;  nadie viene al Padre,  sino por mí” (Reina Valera 1960).

En Juan 17:17, por otro lado, podemos ver esto: “Santifícalos en la verdad;  tu palabra es la verdad” (Nueva Versión Internacional).

La Palabra de Dios es la verdad de Dios.

¿Cómo relacionamos a Jesucristo y la Palabra de Dios?

Debemos entender que Jesús y la Palabra de Dios son uno.

Juan 1:1,14
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

En este pasaje la palabra verbo es logos que significa: palabra; lo cual podemos verlo en otras versiones de la Biblia:

Juan 1:1 (Arcas y Fernández)
1 Cuando todas las cosas comenzaron, ya existía aquel que es la Palabra. Y aquel que es la Palabra vivía junto a Dios y era Dios.

Juan 1:1 (Biblia Latinoamericana)
1 En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios.

Juan 1:1 (Biblia del Pueblo de Dios)
1 Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.

Juan 1:1 (Biblia de Jerusalén)
1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

Juan 1:1 (Nueva Biblia de los Hispanos)
1 En el principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

Juan 1:1 (Reina Valera 2000)
1 En el principio [ya] era la Palabra, y [aquel que es] la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios.

La Palabra hecha carne es un titulo del Hijo de Dios, el cumplimiento del titulo logos, es la manifestación personal de toda la deidad, no solo una parte de la naturaleza divina.

En 1 Juan 1:1 dice: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (Reina Valera 1960).  

La Biblia del Pueblo de Dios lo pone de esta manera: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos.”

Aquí Jesús es llamado el logos o la Palabra de vida.

Podemos concluir que Jesucristo y la Palabra de Dios son uno.

Entonces este cinturón de la verdad que mantiene unida toda la armadura de Dios son Jesucristo y la Palabra de Dios.

Esto es de suma importancia porque si queremos mantener unida toda la armadura de Dios debemos poner a Jesucristo y la Palabra de Dios como lo primero en nuestras vidas.

En Gálatas 3:27 dice: “Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido” (Nueva Biblia de los Hispanos).

¿Cuándo fuimos bautizados en Cristo?

En 1 Corintios 12:12-13 podemos encontrarlo: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (Reina Valera 1960).

Evidentemente no fue en el bautismo de agua, sino lo diría claramente, está hablando del nuevo nacimiento, el día que pasamos a formar parte del Cuerpo de Cristo.

Por eso en el nuevo nacimiento es que fuimos revestidos de Cristo; y por ese motivo es que el hecho de estar en Cristo permite que podemos usar esta armadura espiritual.

Pero hemos visto que hay otro aspecto de la verdad necesario para tener sujeta y poder utilizar la armadura de Dios y está es la Palabra de Dios.

Para el uso correcto de esta armadura debemos edificar nuestras vidas sobre la Palabra de Dios.

Jesús nos mostró esto claramente en Mateo 7 cuando dijo la parábola de los 2 fundamentos:

Mateo 7:24-27
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Jesús nos muestra aquí claramente que la clave para la victoria espiritual se encuentra en el fundamento sobe el cual edificamos nuestra vida; y el fundamento se encuentra en oír y hacer lo que dice la Palabra de Dios.

Pablo en su despedida a la iglesia de Éfeso les dijo estas impactantes palabras: “Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Reina Valera 1960).

La Biblia del Pueblo de Dios lo dice de esta manera: “Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados.”

Hay un edificio que debe ser construido que es nuestra propia vida, y esa es la importancia de la Palabra de Dios en nuestras vidas.

Hay dos aspectos de la Palabra de Dios que son el logos y el rhema; que son el aspecto legal y vital o experimental de la Palabra de Dios en nuestras vidas.

El logos es la parte legal de la Biblia, es toda la Biblia en conjunto, desde Génesis hasta Apocalipsis.

Nos muestra la verdad escrita de Dios, y las cosas que legalmente nos pertenecen.

El rhema es la parte vital o experimental de la escrituras, es una porción específica de la Palabra de Dios, no toda la Biblia en su conjunto.

Nos muestra la verdad revelada de Dios a nuestras vidas acerca de asuntos específicos; es el apropiarnos de las cosas legales que Dios proveyó para nosotros.

Para entender el logos y el rhema imaginemos que vamos a una biblioteca para encontrar un libro específico de física.

Vas a la base de datos, buscas primeramente el tema de física, buscas el nombre del autor y finalmente el título del libro; de ahí recibirás el código del libro; entonces vas con el código donde el bibliotecario y le das la información para que pueda traerte el libro; finalmente va ha buscarlo entre todos los libros y te trae el ejemplar que necesitas.

Todos los libros de la biblioteca equivalen al logos; el libro específico que recibes equivale al rhema.

El rhema no es toda la información de la Biblia sino la específica que tú necesitas para enfrentar una situación determinada.

Necesitamos el logos y el rhema en nuestras vidas; el logos para saber todo lo que Dios nos ofrece, el rhema para poder disfrutarlo en nuestras vidas.

En particular, en el logos encontramos todos los versos e información necesaria para tener toda la armadura de Dios en su sitio; en el rhema nos apropiamos de toda esta información específicamente para el área en que la necesitamos. 

Necesitamos colocarnos este cinturón de la verdad para mantenernos firmes en la victoria que Dios proveyó para nosotros por medio de Cristo.








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