jueves, 18 de diciembre de 2014

La Ley y la Gracia

La Ley y la Gracia


La gracia es el reflejo de la naturaleza de Dios.

La ley es el reflejo de los esfuerzos y la naturaleza del hombre. La ley fue el vehículo a través del cual tratamos de salvarnos y fallamos.

La gracia es el medio a través del cual Dios trató de salvarnos y tuvo éxito.

Dios fue el iniciador de nuestra salvación, Él es el autor y consumador de nuestra fe. Él se interesó por nosotros antes que nosotros por Él. Antes que tengamos un problema Él ya tiene la solución.

Isaías 65:1
1 Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.

Jesús fue el cordero que fue inmolado desde antes de la fundación del mundo.

No podemos elegir como salvarnos; solo hay un método, la ley no puede hacerlo.

La ley estaba compuesta de aspectos morales y aspectos ceremoniales.

En el Nuevo Testamento la ley se retrata en Romanos y Hebreos. Son como pilares gemelos que muestran el contraste entre la ley y la gracia. Ambos tratan extensamente acerca de la imposibilidad de la ley para salvarnos.

Romanos 3:19-24
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

Romanos trata con esta imposibilidad de salvación del hombre basado en su dilema moral; ya que el hombre es pecador por naturaleza. Hebreos trata con los actos ceremoniales para el perdón de pecados mostrando que solo eran sombras.

Hebreos 8:3-5
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.

Hebreos 10:1
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

La ley tenía como propósito que toda boca se cierre y todo el mundo quede culpable delante de Dios (ya que por la ley es el conocimiento del pecado).

La ley no creo nuestra naturaleza pecaminosa sino que es por la ley que tenemos conocimiento de que el pecado esta en nosotros.

Romanos 4:15
15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

La ley nos muestra un estándar de justicia que nos muestra que ya somos injustos.

Romanos 5:13
13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.

La imputación de la ley se basa en el conocimiento. La ley es como una línea que nos muestra cuando la cruzamos.

Romanos 7:7-13
7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Dios colocó la ley en nuestros corazones para mostrar que no hay lugar para traspasarla, por lo que no tenemos excusa.

Pablo estaba vivo con la ley en una época; cuando era un niñito. Los niños judíos eran entrenados diligentemente en la memorización de las Escrituras desde muy temprana edad. Luego con el conocimiento de la ley venía el resultado del pecado, la muerte espiritual.

La naturaleza de pecado está en uno, pero no somos responsables sino hasta que llegamos a la edad de la responsabilidad; que puede variar de niño en niño.

La ley es santa; no hay nada malo en ella, el mal se encuentra en nosotros. La ley no provee soluciones, lo único que hace es mostrarnos el problema.

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